jueves, 19 de febrero de 2015

Luis de Morales. El Divino




Sentado frente al Palacio Municipal de su querida ciudad , en su sillón de bronce, elevado sobre pedestal, la figura de nuestro pintor más universal, gira su mirada hacia el lugar donde un día trabajó, y donde aún descansan algunas de sus obras;  La Catedral Metropolitana de Badajoz.
Decía Covarsí que "cualquier propósito de estudio sobre la vida y obra de Morales era empeño de dificultades y tropiezos". Su vida es puro enigma.
La mayor parte de los autores fijan su  nacimiento en Badajoz, aunque no existen datos pues los registros bautismales que existen son a partir del año 1550. Tampoco se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento;   probablemente hacia 1509.

Monumento a Luis de Morales
Lopez- Prudencio lo describe como" un mozalbete de faz radiante, un poco pálida de emoción, ojos vivos y penetrantes, cabellos negros y copiosos que caían con desgaire sobre el ancho cuello de su jubón".
Sólo se sabe  que a partir de 1539 abrió taller en la ciudad y que aquí se afincó definitivamente según certifican artistas y convecinos suyos.  Y ya no cesará de trabajar hasta casi el final de su vida.
Su actividad creadora se centra básicamente en el entorno de la ciudad de Badajoz, y en Portugal, sobre todo en Évora y Elvas.
Disparatadas hipótesis se han afirmado también referentes a su formación. Desde los pretendidos estudios en Italia y  Sevilla, pasando por la creencia de Covarsí  de su participación en la escuela de Évora a la más que posible hipótesis de sus iniciales estudios en Castilla teniendo de maestro a Berruguete.
Luis de Morales fué profeta en su tierra.
Dos años más tarde después de establecer su taller en la ciudad se casó con Leonor de Chaves, miembro de una familia aristocrática de Badajoz , esto le sirvió, al menos en los primeros años de su actividad para relacionarse con las autoridades eclesiásticas y la aristocracia bajoextremeña asegurándose así una abundante y selecta clientela.
Tuvo al menos tres  varones y cuatro hembras, de los cuales dos ; Hernando y Jerónimo, aprendieron el oficio junto a su padre y colaboraron con él en algunas de sus obras más importantes .
Despliega una amplia actividad como artista admirado que es, por cuyas obras se interesaba lo más granado de la aristocracia de todo el país y de Portugal.
La Virgen con el niño y San Juanito
Testigos y artistas de su época lo mencionan como el mejor pintor en toda España " al que vienen a buscar de muchas partes".Gozó de un reconocido prestigio artístico y personal y de una holgada situación económica.
A alcanzar tan alta estima contribuiría la privilegiada situación de la familia de su esposa y el carácter del pintor que sería muy querido por su generosidad con respecto a la iglesia y sus comitentes, habiendo cobrado por sus obras en numerosas ocasiones retribuciones menores de lo que le correspondiesen, siendo elogiado por sus contemporáneos por no ser un hombre interesado.
Unió su destreza a la de los mejores entalladores del momento , como fueron Hans de Bruxelas y Jerónimo de Valencia..

El Manierista extremeño por antonomasia, el Divino, disfrutó de fama en vida y de un enorme éxito.
Su fama traspasaría inmediatamente los límites de la ciudad y de la región alcanzando enorme repercusión en lugares tan distantes como Madrid, Sevilla, Toledo, Portugal...
Fué un artista de fuertes contrastes, enigmático y controvertido.
Obispos, Reyes, clérigos, aristócratas y particulares acudieron a su taller en solicitud de retablos para ilustrar los interiores de iglesias y conventos, así como de tablas de pequeños formatos para sus oratorios particulares.
La Virgen del pajarito
cuadro perteneciente al antiguo hospital
de la Concepción de Badajoz(1)
En su vida, un comitente de excepción; San Juan de Ribera, obispo que fué de Badajoz, quien lo hizo " pintor de cámara" suyo, manteniendo una estrecha relación artística durante años que desembocó en decenas de tablas devocionales para uso particular y para diversos personajes de la nobleza y el alto clero.
Su fuente inspiradora para sus retablos la encontró como era usual en los siglos XVI y XVII en las numerosas colecciones de estampas de reproducciones de Durero, Schongauer y autores varios sobre dibujos de Rafael, Miguel Angel y Tiziano, que podrían explicar sus conocimientos sobre pintura italiana.
  Su obra es fiel reflejo de su exquisita sensibilidad, de su sentimiento ascético  con seguridad promovido por los fervores religiosos de la época reflejados en profundidad en el Badajoz del siglo XVI, provocados por el avance del protestantismo en Europa.
Sus personajes están llenos de espiritualidad.
Son curiosas sus reminiscencias exóticas en un artista que no salió de la península. Abierto a cualquier emoción artística que viniera de fuera, con una personalísima técnica delicada. Sus figuras están llenas de dulzura y sentimientos y la espiritualidad se desparrama  por toda su obra.
El Pueblo lo apodo el Divino según Palomino por que "todo lo que pintó fueron cosas sagradas, como por que hizo cabezas de Cristo con tan gran primor, y sutileza en los cabellos, que al más curiosos en el arte ocasiona a querer soplarlas, para que se muevan; por que parece que tienen la misma sutileza que los
naturales..."
. Adoración de los pastores
Museo del Prado
La última etapa de su biografía nos proporciona algunos testimonos familiares como la entrada en el convento de San Onofre de nuestra ciudad, de su hija Mariana. En este momento ya habría fallecido su mujer, y el pintor habitaba con su otra hija en una casa cercana al convento.
Al igual que sucede con la fecha de su nacimiento, también la fecha de su muerte nos es esquiva. Tradicionalmente se viene fijando en 1586, a la edad de setenta y siete años y su cuerpo sería enterrado junto al de su mujer y algunos de sus hijos en el panteón familiar de la capilla mayor del hospital de la Antigua Piedad de la ciudad, el cuál habría estado edificado frente a la catedral .
La guerra de secesión de Portugal, se llevaría con ella un numeroso patrimonio artístico, y dejó herido de muerte a otra gran cantidad como es el caso de la fábrica de este hospital, de tal forma, que en el siglo XVIII fué derruido para edificar viviendas en su solar. Las fosas que existían se allanaron y se trasladaron los cadáveres a los osarios públicos.
Nuestro pintor más ponderado, el extremeño más universal, terminaba así su triste destino.

(1). La Virgen del pajarito es la unica pintura que se conserva de las tres que ilustraban los retablos del antiguo hospital de la Concepción o de San Andrés. La otras dos tablas se perdieron. El Hospital se enanjenó en 1834 con motivo de las desamortizaciones del siglo XIX, y La Virgen del pajarito fué trasladada a Madrid siendo adquirida por la familia del Marqués de Moret.
Decía la rumorología que el cuadro había sido pintado en la ermita de pajaritos de nuestra ciudad.

Notas. "Luis de Morales" de Carmelo Solís
"A propósito de dos tablas de Morales"de Adelardo Covarsí, revista de estudios extremeños